De las múltiples y complejas aportaciones culturales ha surgido una síntesis a la cual muchos elementos literarios han llegado por la vía oral. En el Caribe, donde se manifiestan culturas con formas de expresión muy singulares, las aportaciones africanas han contribuido a un proceso de Integración de lo que pudiéramos llamar, generalizando, como cultura americana; y hasta distinguir variantes según las raíces que la sustentan y la dosificación con que los elementos concurrentes han participado en el desarrollo de América.
Ifa es una tradición espiritual arraigada en la cultura del Yorùbá y que ha pasado de una generación a otra, desde las tempranas horas de la civilización indígena, desde los viejos años la tradición africana fue formándose de manera oral. Los padres enseñarían los conceptos de su creencia a sus descendientes utilizando las técnicas de la recitación constante, el ritual, y la ceremonia. No faltan las variantes, muy sutiles a veces, que distinguen una zona de otra como consecuencia de las naciones africanas que con mayor aportación de hombres contribuyeron a los diferentes sitios de población en América, así como las relaciones de producción presentes en las formas económicas de la colonización americana.
Ifa permaneció en África por muchos siglos. La colonización Yoruba la confino a una pequeña área del continente Africano. Mientras que la civilización crecía, pocos intentos se hicieron por cruzar el océano.
Los aportes africanos, procedentes de las distintas tierras de extracción esclavista, arribando las cargazones a lo largo de los casi cuatrocientos años que duró la esclavitud africana en América, se encontraron con los usos y costumbres importados por las metrópolis colonialistas y con los vaivenes de influencias europeas que se hacían sentir en este continente; a veces en evidente retraso y estancamiento respecto al curso de los sucesos culturales que se escenificaron en el Viejo Continente. La influencia europea introdujo un nuevo nivel de vida, basado en el materialismo, una situación nunca antes imaginada por los africanos.
En Cuba, los aportes africanos que han prevalecido, por las razones expuestas, son los yorubas y los bantú, seguidos de los de procedencia carabalí y arará. Otros rasgos africanos son ya hoy muy difíciles de detectar, al desaparecer las personas o diluirse dentro de las tradiciones africanas más prepotentes. El esclavo no pudo traer de África fundamento alguno de Òrìsà. Hubo de construirlos aquí, es probable que fueran confeccionados en diferentes cabildos de La Habana y Matanzas por lucumís de distintas regiones de la tierra Yorùbá. Òrìsà y negros, dentro del reducido espacio del cabildo, se las arreglaron para engendrar una sabia actitud de resistencia, la que fue vital para que la incipiente práctica sobreviviera, sobre todo, al tener implícita esta religión una fuerte expresión de acento cultural.
Dice la Iyanifa Fama en unos de sus escritos en la Web:
“Olodumare vio a través de la ciudad sagrada de Ile-Ifé, una hermosa mañana africana. El humo se levantaba perezosamente de la fragua, haciendo espirales hacia las nubes de la mañana, moviéndose a través del sol naciente. Mujeres en turbante acarreando agua desde la fuente en el centro de la ciudad amurallada. Comerciantes abriendo sus puestos en el mercado, saludándose unos a atroz mientras trabajan. El observo el panorama de la vida que se desenvolvía dentro de las paredes de la ciudad. “Algo falta”, Olodumare hablo de manera repentina, mirando mas allá de las paredes en el campo. “yo tengo muchos hijos mas allá de las paredes de Ile-Ifé que no han escuchado de Ifa ni de nuestra manera de vivir. Debo encontrar la manera de llegar a mis hijos blancos en las tierras mas allá de las grandes aguas......”
Aunque el Yorùbá sea acreditado por ser la primera civilización en reconocer y desarrollar esta práctica particular espiritual, el enfoque sobre Orisa, los antepasados, y la comunidad se han hecho secundarios y de satisfacción personal.
Con estas consagraciones inimaginables para el negro cuando fue obligado a atravesar el océano con grilletes, se reafirmó positivamente los valores de la trunca identidad del esclavo liberto, además del rescate de la fe en sus Òrìsàs, de los que no pocos creían que definitivamente los habían abandonado. Los elementos culturales Yorùbá, entremezclados con algunas prácticas del catolicismo que ha llegado a las masas populares, han producido un complejo sincrético conocido por Santería o Regla Oòsà. Esto produce, dentro de las variantes regionales, diferencias de matices y de grados por la presencia africana en el continente americano. El panorama cultural en el Nuevo Mundo muestra hoy rasgos evidentes de aspectos zonales, donde los aportes europeos, africanos e indígenas se han estado entrecruzando. Esto nos lleva a ver que las diferencias son completamente a la vista cuando se encuentran dos sacerdotes de la ancestral como de la Santería. En este proceso muchas ceremonias fueron ajustadas a la nueva realidad. Este mosaico es la causa de que el yoruba que se habla en Cuba no sea uniforme y que los vocabularios muestren más de una manera de nombrar un objeto. Que las interpretaciones, patakíes, ceremonias, prácticas, cantos, nombres de santeros, recetas de comida, etc., etc., desconcierten por la falta de uniformidad. Pero es valida por la cual en la actualidad la Santería ha funcionado para conocer la raíz de una práctica religiosa llamada Ifa/Òrìsà Ancestral e Indígena Yorùbá. Seguro que todos los que somo Ancestralista pertenecíamos primero en la Santería.
Seguro que los aprendíamos en lo Oral y Escrito.
Iré O.
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Oluwo Ogboni Fálérè Erínfolámí